"LA ENTREGA"



               
“LA ENTREGA”


Cris llegó al punto de encuentro cinco minutos antes de lo previsto. Le gustaba tener todo preparado antes de la llegada de Su Señor.
Al entrar en la habitación puso la temperatura dos grados más alta, quitó la colcha de la cama y a los pies de la misma colocó todos los juguetes que Su Señor le había regalado uno al lado del otro en un orden perfecto. Después se dispuso a desnudarse y darse una ducha rápida, recogiendo su pelo en dos coletas como a Él le gustaba.
Se secó e hidrató la piel de su cuerpo. Hoy era un día muy especial, Su Señor le iba a hacer la entrega del collar. Se colocó pegada a la pared y de rodillas en el suelo, separando sus piernas y apoyando sus nalgas en los talones, sus  manos las dispuso encima de sus piernas con las palmas hacia arriba y su espalda recta. Su mirada dirigida hacía el suelo en señal de sumisión hacia su Señor.
Así estuvo tres minutos más, hasta que escucho la puerta abrirse, su mirada seguía fija en el suelo. Su corazón se aceleró, llevaba un mes sin ver a Su Señor y añoraba... necesitaba su dominación, su entrega y para ella este día significaba mucho. Era su entrega total y absoluta hacía Él. Anhelaba este momento, nunca pensó que podría estar a la altura de los deseos de Su Señor pero esta entrega del collar disipaba cualquier duda sobre ello.
Él entró y cerró la puerta, pasó por su lado, ella vio sus zapatos de piel negra dirigirse hacia la mesa para dejar su maleta y su chaqueta. Aflojándose la corbata se giró para sentarse en la butaca. Antes se quitó el cinturón y desabrocho sus pantalones, abrió sus piernas y se dirigió a Cris con una voz ronca por el deseo que ella despertaba en Él.
-Mi pequeña ven aquí como mi gatita que eres. -Cris se puso a andar a cuatro patas hasta las piernas de Él con su mirada aun agachada, al llegar a su altura volvió a la posición inicial de sumisión. Lucas la cogió del mentón y levanto su mirada hacía él, le sonrió y le dijo.
-Pequeña hoy es tu día mírame a los ojos. ¿Ves este collar que tengo en mi mano?.Esto sabes que simboliza nuestra unión, que a partir de este momento eres solamente mía y que de ahora en adelante viviras por y para mí.-Dicho esto, a ella empezaron a brillarle los ojos deslizándose una lagrima por su mejilla, él acariciándole el rostro bajo inclinándose un poco y la alzo a ella sin quitar su posición de rodilla, acercó sus labios a su mejilla bebiéndose esa lagrima y después de ello comento.
-A partir de hoy todas tus lagrimas serán para mí ,mi pequeña. -La mirada de él brillaba lascivamente vislumbrando el deseo de poseerla en ese instante y hacerla suya pero aún quedaba la imposición del collar... ese collar que simbolizaba la unión de ambos.

©Geraldine lumière

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Geraldine Lumière

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